Compañeros alumnos, amigos, antes de iniciar con mi labor de docente, quiero usar parte de su tiempo para brindar unas palabras de alineación sobre la importancia del aprendizaje. Yo como ustedes, hace tiempo, también me encontraba tras esta pizarra, sentado en un pupitre. Fuí escolar como todos y también sé de memoria los hallazgos y peripecias que uno vive como estudiante. Algunos de nosotros somos padres, otros hijos, ciudadanos y pues claro en consenso todos son o fuímos estudiantes. Recuerden que son estudiantes aunque en la casa espere la familia o en el trabajo una larga jornada o en la vida un problema.
Como estudiantes es necesario desempeñar bien la profesión de educandos y ejecutarla a su máxima expresión. No basta saber, se debe también aplicar, mas no es suficiente querer, pues se debe también hacer. Es por esto que he decidido fomentar alineación para ustedes, mis educandos, tomen el estudio como un trabajo placentero, que enorgullezca el alma.
El estudio divide al hombre satisfecho del insatisfecho, divide al alumno mediocre del alumno modelo. Por ejemplo, la diferencia de quien estudia y quien trabaja difiere un albañil de un arquitecto. Los dos pueden construir bien una casa. Pero el arquitecto conoce las leyes que regulan la construcción y pueden crear nuevos modelos y superar inesperados improvisos en la construcción. Mientras el albañil solo puede repetir la casa que ha aprendido a levantar con sus manos.
Es por esto que las personas que estudian tienen la posibilidad de mejorar, tanto en lo económico, en la posición social y en la propia autosatisfación de realizar una personalidad más de acuerdo con sus talentos y sus aspiraciones. El estudio es una llave que hace al hombre más hombre así como difiere al mamífero irracional del mamífero intelectual.
El estudio y el aprendizaje enriquecen el alma. Alumnos, no estudien para la materia como robots encausados por las normas del sistema educativo, estudien para la vida, aprendan, para enriquecer el espíritu y ensanchar el intelecto. Es necesario procrear cimientos para una vida profesional futura.
La constancia es un requisito fundamental para la profesión de estudiante. Hay que ser constantes muchas horas de estudio, hay que estudiar con regularidad y no a golpes. Recuerden que la gota de agua perfora la roca y con la constancia se llega a la meta.
Las materias atrasadas van en contra de la profesión estudiantil. No hay peor enemigo que la negligencia académica. El trabajo suplementario es también enriquecimiento y suplemento a lo ya sabido.
Amplíen sus conocimientos con lecturas complementarias. Ser esclavo del texto es de conformistas y retro alimenta un círculo vicioso sin expansiones ni dimensiones. El uso de libros que no pasan de moda y el uso de bibliotecas es trabajo de escolares que nunca terminaran de aprender aunque la senectud aceche el intelecto.
Como docente de todos, les brindo mi confianza. No tengan en cuenta solamente la voz de mis palabras, sino la fuerza de mis razones. Soy maestro, padre, amigo y ciudadano de la vida, y mí objetivo esta en guiarlos a ustedes por el camino del saber. Permitan acercarme a ustedes y compartir mis años de experiencia los cuales me enorgullece establecer con quien los permita.
Es mi deber de maestro brindarles no solo mi sapiencia sino también mis consejos de amigo. Sean educandos corteses, diplomados y sumisos a las circunstancias, siempre buscando las razones a las cosa. El cuestionar es siempre aceptado en mi labor de instructor. Como alumnos deben preguntar para aclarar las cosas, preguntar con sencillez es de estudiantes modelos. El creer que todo uno lo sabe y aparentarlo ante sus compañeros es de necios y orgullosos.
Siempre es bueno arrancar la raíz de la antipatía en los proyectos que no nos asignan. Hay asignaturas que no entran porque no gustan. No es buen método de estudio rodear las montañas, hay que siempre escalarlas. Las antipatías son siempre destructivas.
La evitación de preocupaciones y vicios que absorben solo daña la mente el cuerpo y el alma. El hombre no puede vivir dividido; cerebro y corazón marchan juntos. Almas apagadas, incapaces del esfuerzo, disminuyen la energía mental conllevando al estrés, miedo y ansiedad.
Es de nobles aprender por placer y de mediocres aprender por necesidad de aprender. El alumno modelo estudia todo el cerebro y lo usa a su máxima expresión. Con el hemisferio izquierdo es lógico y verbal. Con el hemisferio derecho es sintético, analítico e intuitivo. ¡Hay que usar el cerebro!. En la vida diaria no olviden el lema debo, quiero y puedo. Debo estudiar, quiero estudiar y puedo estudiar.
El estudio no es el valor supremo, todos somos personas, pero ciertamente el estudio ocupará un puesto importante en la vida de ustedes mis estudiantes.
Hay que estudiar y leer siempre, a cada momento de la vida, y cada momento de vigilia triste y amanecida. Recuerden que el estudio y el aprendizaje premiaran, porque el estudio es un cumplimiento y virtud del deber.
Atentamente y por siempre suyos,
LUIS A. MATERON, Ph.D.